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martes, 25 de enero de 2011

Dolores Añejos (Soneto Dodecasílabo)


Bramidos, berridos, chillidos, aullidos;
dolor que se esconde, se cela, se guarda,
dolor de una noche desierta y tan parda
que llora, que grita, que emite quejidos.

Los goces y sueños que yacen dormidos;
la presa que espera en el salto que aguarda,
la fiebre de amores, el beso que tarda
y el eco disperso de tiempos perdidos.

Pedazos, retazos, recortes barridos
de historias que están en perpetuo letargo
dejándome un dejo cargado de amargo

y un viejo retrato que yace en la hoguera
y un viejo recuerdo de antaña quimera
de abrazos que fueron a mi alma ceñidos

Cómo Quisiera

Cómo quisiera yo aplacar tu pena,
cómo quisiera derrotar tu llanto,
cómo quisiera que me quieras tanto
tal como quiere abeja a su colmena.

Y más quisiera hacer tu vida amena,
cubrir tus llagas con modesto manto,
forjar sonrisas con tu alegre canto
y primaveras con tu gran melena.

Amor de amores, néctar tan distante:
Quiero alcanzarte, ninfa misteriosa,
bordar mis labios con tu beso errante,
ceñir tus pieles con tu olor a rosa
y conquistando tus miradas tiernas,
quiero morir ¡sembrado entre tus piernas!