Tótem

Un tótem trajiste labrado en tus labios

con gracia serena y humor y ternura

un tótem de alivio , de mágica albura

un tótem que quiere borrar mis resabios

Tus claras palabras, tus versos tan sabios

devuelven a mí alma su calma y cordura. 

Tallado en tus ojos un tótem de altura 

me mira y me besa, carente de enlabios 

Y lleno de risas, de sana alegría 

me mira y me besa con brisa pausada

Tu tótem sincero me da la poesía 

bañada de luces, de soles bordada. 

Tal es la belleza de tu alma velera

mi hermosa doncella, mi dulce hechicera. 

Carta de presentación

Yo vengo de las sombras y voy hacia la albura;
con un andar vibrante recorro los caminos
que llevan al olvido y dan nuevos destinos.
Nací bajo tinieblas y muero en la cultura.

Yo traigo los abismos tallados en mis ojos
y pueblo con mi rabia los gritos de la historia.
Recojo mis maletas y dejo toda escoria
partiendo hacia el futuro, sin cargas, sin enojos.

Y como el carpintero; que pica rama a rama,
así me abro una brecha en esta vida ignota,
vagando paso a paso cual ser de piel y escama.

Y levantando el vuelo con aires de gaviota
voy deshaciendo nudos, para tejer la trama
de cierta rara euforia que desde mi alma explota.

Qué culpa

Qué culpa tengo yo de mis deseos
si tengo sentimientos que son reos
de trovas y de encantos y canciones
Qué culpa tengo yo de mis pasiones

si tengo mis hormonas entre arpeos,
qué culpa tengo yo de que sean feos
los signos del poder de mis acciones
creando y generando confusiones.

Allende los silbidos del pecado
se esconden los arpegios del perdón
que allanan el camino de las vallas.

Si encuentro los senderos al Dorado
y asisto  nuevamente al corazón
daremos con el verso que te callas.

Homenaje a las mujeres

Arroyos que arrullan radiantes llanuras
y ríos que riegan romeros en sierras;
son sueños que ensanchan serenos las tierras,
son llantos que llueven llevando linduras.

Silencios que sanan cubriendo culturas
de paces y peces que impiden las guerras;
con cuentos y cantos y aullidos destierras
llameando salientes, rompiendo ataduras.

Alegres se agrietan las grandes verduras,
y nacen los frutos y brotan las flores,
llenando los suelos de tantos colores:

rosados y malvas, naranjas, carmines,
azules y verdes, dorando las crines
de cerros y morros y costas heridas

todo por amor: ¡mujeres queridas!

Versatilidad

La versatilidad que me engalana
es néctar de la flor de la cayena,
semeja a dulce miel de la colmena,
orquídea fiel que al cedro se le hilvana.

Es como este terruño y su alba grana, 
de costas y de playas y de arena
de selvas que semejan gracia plena
de selvas, cordilleras y sabana. 

Por ende, soy alegre y taciturno,
soy cobarde, valiente y precavido:
¡me creo el rey de toda paradoja!.

Por eso es; en mi piel de claro alburno,
que llevo como sello padecido
la versatilidad que hoy me acongoja.

La espera

Despierto cual sol; revestido de aurora,

buscando centellas que me alcen en vuelo

y encuentro piedritas pegadas al suelo,

hallando el silencio en estado de mora.

Absurda es la llama, crepita y devora

al símil distante que goza del duelo.

Yo en cambio me extiendo, valiente me cuelo

por entre las gentes con rostro de bora.

Ayuno silente de un vago que aflora

del fondo de mi alma de cruel campesino:

es sólo el recuerdo de un pájaro estivo.

Asumo paciente esta vaga demora:

sin fe en la esperanza, tampoco en mi sino,

tan sólo en la vida perversa que vivo.

Amor herido

Te avizoro ante la lesa esperanza

de olerme en  tu cabello arracimado,

un amor que se encuentra constipado

por culpas vanas de una vieja andanza.

Mellada nos quedó nuestra confianza,

que ha sido nuevamente destrozada

la fe que me tenías; fiel amada,

se extingue cual se extingue nuestra alianza.

Concuerdo, no nos queda una alabanza

que frene este silencio destructor

o calme nuestra sed que me devora.

Ha sido carcomido nuestro amor,

golpeado por recuerdo en justa mora

que se revigoriza sólo ahora.