Arroyos que arrullan radiantes llanuras
y ríos que riegan romeros en sierras;
son sueños que ensanchan serenos las tierras,
son llantos que llueven llevando linduras.
Silencios que sanan cubriendo culturas
de paces y peces que impiden las guerras;
con cuentos y cantos y aullidos destierras
llameando salientes, rompiendo ataduras.
Alegres se agrietan las grandes verduras,
y nacen los frutos y brotan las flores,
llenando los suelos de tantos colores:
rosados y malvas, naranjas, carmines,
azules y verdes, dorando las crines
de cerros y morros y costas heridas
todo por amor: ¡mujeres queridas!
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