Te avizoro ante la lesa esperanza
de olerme en tu cabello arracimado,
un amor que se encuentra constipado
por culpas vanas de una vieja andanza.
Mellada nos quedó nuestra confianza,
que ha sido nuevamente destrozada
la fe que me tenías; fiel amada,
se extingue cual se extingue nuestra alianza.
Concuerdo, no nos queda una alabanza
que frene este silencio destructor
o calme nuestra sed que me devora.
Ha sido carcomido nuestro amor,
golpeado por recuerdo en justa mora
que se revigoriza sólo ahora.
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