Qué culpa tengo yo de mis deseos
si tengo sentimientos que son reos
de trovas y de encantos y canciones
Qué culpa tengo yo de mis pasiones
si tengo mis hormonas entre arpeos,
qué culpa tengo yo de que sean feos
los signos del poder de mis acciones
creando y generando confusiones.
Allende los silbidos del pecado
se esconden los arpegios del perdón
que allanan el camino de las vallas.
Si encuentro los senderos al Dorado
y asisto nuevamente al corazón
daremos con el verso que te callas.
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